jueves, 10 de enero de 2013

Te regalo mis alas

Te regalo mis alas, no las quiero
ni las necesito
para alcanzar la libertad.
Ahora vuelo sola,
liberada de tu carga.

Te las doy sin mirarte,
porque si te miro
ya no te las doy.

No me sirvieron para volar
ni me abrieron las puertas
de tus paraísos.
Son como tus ojos,
mentirosos.

Son como cadenas tibias
que oxidan mi alma,
que cargan mi espalda.

Cógelas, pues son tuyas,
no quiero acabar como Ícaro,
víctima de un Dédalo infame.

Te regalo mis alas, no las quiero.
Dáselas a quien no entienda
que nada de lo que pedí me diste.





2 comentarios:

  1. Yo tengo otra historia que esquemáticamente sería: te regalo tus alas, pero no podrás volar con ellas, cercenadas bajo el filo de tus mentiras. Te regalo tus alas, he descubierto que yo tengo unas. Ahora sé volar. Y tú nunca podrás atraparme de nuevo. Yo diría que son historias más o menos oscuras con un final feliz, ¿no? ¡Un abrazo! ^_^

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  2. Sí, ambas son historias con final feliz. Este es uno de los poemas que tengo por ahí abandonados, aunque por alguna razón no los publico hasta que no me parece que cobran significado de nuevo. Gracias por seguir mi blog, Jorge, y gracias por tus críticas. :)

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