martes, 28 de febrero de 2012

Reversible


Un día me despertó el sueño
y fui a dormir con el alba.
Me halagaron tus desprecios
y tu amor me destrozaba.
Y ese tiempo se hizo eterno, en su brevedad.
Fue un momento y una vida, todo a un tiempo.

Me volví loca de cordura
y sangraron mis ojos
mientras las lágrimas corrían por mis venas.
Afirmaste tus mentiras,
que eran reales,
y aseguraste la falsedad de mis verdades.

Me besaste en la distancia,
mientras yo esperaba
uno más de tus reveses.
He decidido seguir llorando
y esperando.

Ya no voy a quererte más,
no eres ya el anhelo
de mi espíritu.

De mis desvelos


Las entrañas de la noche
ya me envuelven
de frío y de desconsuelo,
del insomnio y del desvelo
de los miedos.

En mi cabeza, el martilleo
del paso del tiempo perdido,
que, cruel, me cubre de hielo.

¡Maldita noche toledana!
que no entiendes mis anhelos,
que los rompes a tu antojo
porque te inundan los celos.

A pesar de la esperanza
de contar con el consuelo
del llegar de la mañana
que deshará mi desvelo.