viernes, 14 de septiembre de 2012

Naranjas de la China: Mis primeros días en Wuwei

 Como ya comenté anteriormente en el blog, mis deseos de viajar a China y cumplir así con mis expectativas laborales y personales se ha hecho realidad. Bueno, al menos la primera parte. Me gustaría ir explicando las aventurillas que viva por aquí, jeje.

El martes 11 de septiembre (fatídica fecha) tomé un avión desde Barcelona a Shanghai vía Roma. Muchísimas horas más tarde, Serchen Wang (podríamos llamarlo mi "jefe") y Chew (para mis adentros es Chewbacca jajjaja) me recibían en el aeropuerto internacional de Pudong para acompañarme hasta la capital de la provincia de Anhui, Hefei, no sin antes parar a comer un plato de fideos con ternera en el que alguien como yo podría perfectamente darse un baño... Allí me esperaba una fabulosa habitación de hotel, un excelente desayuno tradicional chino y Madam Yap Chik, una más que veterana en esto de la enseñanza y una de las cabezas visibles (literal y figuradamente) de la compañía de Singapur que me ha traído hasta oriente. Tras desayunar con Madam (así la llaman aquí, al principio le eché una mirada rara...) y charlar con ella sobre dónde me llevaría de compras, un cochazo impresionante nos llevaría a todos a Wuwei a través de campos de arroz y de montañas (bueno y también de carreteras hechas polvo...) el jueves por la mañana.

Tras mostrarme el apartamento que la compañía ha alquilado para mí (y que al parecer es propiedad de algún miembro importante del gobierno de la provincia...mafia mafia!), Madam Yap me llevó de compras sin mirar precios, sólo fue llenado el carro con mil cosas: comida, artículos de limpieza, decoración, aseo... Después me acercaron al instituto en el que voy a trabajar en Wuwei durante todo el curso, que es, por otra parte, el más prestigioso de la zona y uno de los mejores del país, que ya es decir, tratándose de un país enorme como China. Pero, como me dice Serchen, el instituto tiene excelentes relaciones con el gobierno (ejem) y eso significa mucho dinero en subvenciones.

Después de conocer al Doctor Gene Vernon, jefe de mi departamento (un tejano de unos setenta años, cordial, educado y con un excelente sentido del humor), y de presentarme a los alumnos (que al parecer llevan días preguntando por mí y que quizás por eso trepaban por las ventanas), vamos a ver al director y subdirectores del centro. Se trata de un montón de chinos que parecen salidos de una película de kung fu de los setenta (ropa supuestamente elegante, mirada felina, cigarrillos y vino carísimo). Nos invitan a tomar té verde (no vino, mecachis!) y charlan con nosotros. Mi nuevo asistente personal, Jack Chen (seguro que es descendiente de Bruce Lee...), me echa un cable traduciendo... Después, nos llevan a un lujoso restaurante en el centro de Wuwei donde la comida no parece acabarse nunca...platos y platos de carne, versuras, arroz...todo exquisito y poco apto para mantener la línea (y yo que creía que los chinos comían poco...). Por la tarde, mis anfitriones me dejan descansar en mi apartamento para, por la noche, ir de nuevo a deglutir ingentes cantidades de comida (he aquí la razón de mis tres días de cañerías obturadas).

Hoy viernes, tras una ducha caliente y un desayuno frugal, me han llevado de nuevo al instituto, donde había un recibimiento oficial para el Dr. Vernon y para mí misma, con todos los "jefazos", algunos miembros del gobierno local, padres y alumnos. Sentados en una gran mesa sobre una tarima (a lo Mourinho), Serchen me ha pedido que diese un pequeño discurso para presentarme formalmente y animar a los estudiantes a empezar con ganas el nuevo curso. Después del acto y la sesión de fotos (que ya colgaré por aquí cuando me entere de cómo se llama el chino que las ha hecho), el director nos ha llevado a comer a un hotel de lujo de Wuwei, donde, literalmente, ha pedido que cocinaran lo que yo quisiera (bueno o eso ha pensado él, porque yo con una ensaladita de tomate ya habría ido lista...). El director mafias me ha pedido que le enseñe español y me ha empezado a preguntar cómo se decía ésto y aquéllo (si lo veis intentando decir cacahuete...). Ha sido muy divertido ver cómo todos se levantan durante la comida cada vez que quieren beber para brindar con algún otro comensal (si no brindas, no bebes). La verdad es que ha sido una gran experiencia.

Por la tarde he dado un par de clases y me ha resultado curioso ver cómo más de cincuenta estudiantes chinos pueden comportarse infinitamente mejor que la mayoría de estudiantes catalanes... Jack y el Dr. Gene me han acompañado al apartamento tras acabar la jornada. Mañana me llevarán de compras por los mercados de la zona (¡¡¡a gastar yuanes se ha dicho!!!). 

Sé que llevo aquí muy poco tiempo, pero debo decir que, hasta el momento, el trato ha sido impecable, me están tratando genial y eso hace mucho más fácil la adaptación y el trabajo. Espero que las cosas sigan marchando así de bien. Ya os iré contando.