martes, 23 de abril de 2013

Piedras



Como el guijarro dulce,
me deshilvanas
de los prespuntes de mi conciencia,
entre una pared y un muro
de piedras de algodón.

Me lo dijiste tarde.
Tuve que arrancarlo 
mientras tiraba del hilo,
todo a un tiempo,
deshojada.

Tus palabras eran nudos
con cabos maltrechos.
Nunca me ataste con ellos,
nunca me liberaste de ellos.

Como la roca amarga
me hundes en agua
con sabor al metal
de tu garganta,
y hoy me toca, sin duda,
remendar mi mañana.