lunes, 3 de junio de 2013

Naranjas de la China: Verdades y mentiras sobre la República Popular (primera parte)


Hace nueve meses que cambié el rumbo de mi vida y vine a vivir a China. Por eso, y a sabiendas de que estaré por aquí otro curso, hoy quiero parir esta entrada que, a diferencia de las anteriores entradas de esta serie, no relatará un viaje o una escapada, sino que me servirá para evaluar ciertos mitos sobre el gigante asiático.

Antes de empezar a descuartizar el lifestyle chino, dejadme que aclare el título. Algunas de las cosas que mencionaré son, efectivamente, verdades como templos. Otras son falsos mitos heredados de la incultura general. Sin embargo, también mencionaré algunas cuestiones que se encuentran, por así decirlo, a medio camino entre la más absoluta realidad y la más innegable falsedad. Las llamaremos verdades a medias. Como son muchas las cosas que quiero explicar, dividiré la entrada en dos partes. También quiero añadir que ésta es MI experiencia viviendo en una ciudad pequeña y habiendo visitado sólo algunas ciudades del país. No es la verdad absoluta, pues no la hay. Dicho esto, y espero que con el beneplácito de mis amigos residentes en China (sí, esto va por tí, Víctor), ahí voy...

1. LOS CHINOS SON GENTE MUY TRABAJADORA Y EFICIENTE: VERDAD A MEDIAS

Los chinos trabajan muchas horas diarias. Las siete u ocho horas habituales que los occidentales dedicamos a nuestro trabajo son generalmente pocas en este país. Las tiendas abren todos los días desde las ocho de la mañana (he visto algunas abiertas desde las siete) hasta las nueve o las diez de la noche sin interrupción. Los bancos abren por las tardes y los fines de semana. Sin embargo, también he visto dependientas durmiendo en su horario laboral y los empleados de los bancos no son precisamente diligentes ni tampoco productivos (los bancos en China merecen capítulo aparte...). Al igual que muchos españoles, algunos chinos trabajan más bien poco a pesar de tirarse mil horas en su puesto de trabajo.

2. CHINA ES UN PAÍS SUCIO Y RUIDOSO: VERDAD

Si venís a China, no esperéis ver contenedores para reciclar (con suerte encontraréis una papelera). La mayoría de chinos no tienen demasiados problemas a la hora de tirar papeles, colillas... al suelo. A esto, sumémosle que escupen todo el tiempo. Lo han hecho así desde siempre, según ellos,  para limpiarse las vías respiratorias. Durante los juegos de Beijing, las autoridades trataron de persuadir a los ciudadanos para que se privasen de hacerlo, pero yo sé que he vuelto a China en el mismo momento en que oigo a alguien carraspear un gargajo. Las ciudades grandes están menos sucias que las pequeñas. Aun así, hay mierda por un tubo, por no hablar de la calidad del aire... Y en cuanto al ruido... pues como en España. La gente tiene un tono de voz muy alto (por no decir que gritan que no veas) y no respetan mucho los horarios de "descanso". Los coches y sus incansables bocinas son la banda sonora de las ciudades.

3. CHINA ES UN PAÍS SEGURO: VERDAD

 
Usando el sentido común es muy difícil que os suceda algo malo en China. Veamos... ¿Soléis caminar solos por según qué zonas de vuestra ciudad a las tantas de la madrugada? ¿Buscáis pelea cuando salís de bares? ¿Descuidáis vuestras pertenencias en el metro o tomando algo en una terraza? Pues si no hacéis esto en casa, no lo hagáis en China. Por lo demás, puedo decir que en muchas tiendas, los productos no tienen alarmas. Puedo decir que nadie os robará la bicicleta por apoyarla en la farola. Lo más peligroso de China, en mi opinión, es cruzar la calle. En general, es un país muy seguro, incluso en las grandes ciudades. Os lo dice una cabra loca que se ha visto un montón de sitios sola, siendo mujer, y sin saber el idioma.

4. LOS CHINOS COMEN MUY SANO, POR ESO ESTÁN DELGADOS: MENTIRA


Los chinos del siglo XXI comen tan mal como los occidentales. La comida frita está por todos lados: brochetas de carne, salchichas, fideos, empanadillas... Además, la cantidad de azúcar que esta gente pone en los alimentos es enorme. Todo es dulce (como el pan o el salchichón), o demasiado salado, o pica en exceso. Y luego están los alimentos procesados, que los chinos, literalmente, devoran. Tratar de encontrar patatas fritas con sabor a patata es una misión casi imposible. Eso sí, las tenéis con sabor a tomate, a pepino, a sopa de fideos, a estofado... (aunque nada peor que las palomitas para microondas con sabor a chocolate). Sí, es cierto que también comen verduras (aunque casi nunca crudas o al vapor, las suelen guisar o freír) y mucha fruta. Y toneladas de arroz blanco con todo. Los chinos están delgados... ¡porque son chinos! Está en su genética, punto. Aun así, cada vez es más común ver adolescentes con problemas de peso, debido a la proliferación de restaurantes de comida rápida y al nuevo estilo de vida en general.

5. LOS CHINOS SON MUY HOSPITALARIOS Y AMABLES: VERDAD.


Hay chinos bordes, claro. También hay modelos inteligentes (digo yo...). Sin embargo, en general, los chinos son bastante amigables y hospitalarios (excepto si están haciendo cola, entonces no hay amigos que valgan). La mayoría de los chinos que he conocido me han tratado muy bien, han sido respetuosos conmigo, confiados y generosos. También es cierto que el ser occidental aquí da puntos. Yo, por mi parte, no tengo absolutamente ninguna queja al respecto.



6. A LOS CHINOS LES ENCANTA HACER DEPORTE: VERDAD A MEDIAS.


Sin contar con mis alumnos (que son adolescentes y necesitan ejercicio para no volverse locos) no he conocido ni un solo chino en nueve meses que practique algún tipo de deporte. Bueno, un día vi a dos profesores echar una partidita de bádminton en un descanso. En Shanghai es común ver gente corriendo por el Bund, pero son todos extranjeros. También es común ver gente haciendo Tai Chi en los parques y plazas, pero si el Tai Chi es un deporte, lavar los platos también. Lo más curioso es que ellos son los primeros que te recuerdan lo importante que es hacer deporte. Y hacen ejercicios y estiramientos en los aviones de China Eastern (¡coordinados por las azafatas!). Pero no nos engañemos, el ejercicio preferido de los chinos es... comer.

7. LOS CHINOS COMEN BICHOS Y PERROS: VERDAD A MEDIAS.


Podéis comer insectos en China, si queréis. Desde cucarachas a crisálidas, saltamontes... No es difícil encontrarlos, sobretodo en las ciudades grandes. Sin embargo, no forman parte de la dieta diaria de los chinos. Los chinos que conozco dicen no haber comido perro jamás. En parte porque sólo es típico en algunas zonas, como Dalian, y en parte porque es caro. Además, empieza a ser común ver gente que tiene perros como mascotas. Sí son comunes otras "exquisiteces" como la tortuga o el pene de toro. No pongáis esa cara, en España se comen caracoles, callos y pies de cerdo...

8. CHINA ES UN PAÍS MODERNO, LA PRÓXIMA POTENCIA MUNDIAL: VERDAD A MEDIAS.


Shanghai, Beijing, Shenzen o Hong Kong son ciudades muy modernas. Pueden presumir de altos rascacielos, tiendas de diseño, hoteles de lujo, etc. Fuera de las grandes ciudades, la cosa cambia. Ver el cableado al descubierto, colgando de un edificio a otro, es común. Los apagones, por tanto, son habituales. Muchos bloques de viviendas son una chapuza. Podéis conducir por autopistas nuevas o por carreteras llenas de baches (y abismos infernales). Los letreros de neón contrastan con la ausencia de farolas en muchas zonas. El agua del grifo no se puede beber, no hay buenas depuradoras. Como ya he dicho, tampoco se recicla nada. En China conviven lo nuevo y lo viejo, porque en este país que no hace tanto vivía encerrado en sus tradiciones ancestrales ahora todos quieren llegar el primero y se ha avanzado en años lo que en Europa ha costado décadas. En algunos sitios como Wuwei todavía hay gente que lava la ropa en el río o que se ducha en los baños públicos. China controla los mercados mundiales. Eso es un hecho. Pero, en mi opinión, ser una potencia exige también ser capaz de exportar mundialmente un modo de vida. Y eso, dudo que suceda nunca.


9. LA MEDICINA CHINA ES MEJOR Y MÁS NATURAL QUE LA OCCIDENTAL: VERDAD A MEDIAS.


No os pongáis enfermos en China. Los hospitales son tercermundistas. Bueno, tanto no, pero casi. Las medidas higiénicas y de esterilización brillan por su ausencia. En mi primer examen médico en China, mi análisis de orina consistió en mear en un vasito de plástico haciendo uso de los lavabos del hospital (una clínica privada de primer nivel), que estaban asquerosos. El vasito no tenía tapa. La enfermera me indicó que saliese con él en la mano y lo depositase sobre una bandeja. En ella había otros seis o siete vasos como el mío, marcados con rotulador, sin tapar. El análisis de sangre me lo hicieron sobre un escritorio común. Para la prueba oftalmológica, utilizaron instrumental de los años ochenta. Además, si os ponéis enfermos, es muy probable que el médico os "recete" dos cosas: que bebáis mucha agua caliente (que aquí es milagrosa, como la de Lourdes) y que toméis glucosa. Para el resfriado... glucosa. Para la malaria... glucosa. Las farmacias chinas son... indescriptibles. Son como viejas boticas, llenas de frascos con hierbas o lo que es peor, bichos. Y, bueno, qué decir de los dentistas, que pueden sacarte una muela o ponerte una funda en plena calle. Sí, es verdad que no hay masajistas como los chinos. En eso son los mejores. Y en cuanto a la acupuntura, pues no la he probado, así que me abstengo de comentar al respecto.

10. LOS CHINOS SE TOMAN LA VIDA CON CALMA: VERDAD A MEDIAS.

En China es común, al hacer una pregunta, encontrarse con dos tipos de respuesta: "No lo sé" y "A lo mejor". A veces las combinan. La planificación es un misterio para ellos. Improvisan, hacen planes a última hora, los cambian y los vuelven a cambiar. No le digas al del banco que tienes prisa, le importa una mierda, él tiene que sellar cuatrocientos papeles para darte cambio de cinco. Por otra parte, se ponen histéricos, como he dicho antes, en las colas de las estaciones de tren, de las taquillas, del súper... Se cuelan, empujan, meten el codo... y no penséis que piden permiso ni perdón. A la hora de conducir, ni dios respeta las normas. Cruzar es, como dice mi amiga Sonia, susto o muerte. Sólo en Atenas he visto peores conductores que en China. Aquí hay que cruzar esquivando los coches, sin hacer caso de semáforos ni pasos de peatones. Hay que torear coches y motos, saltar por encima a veces. Lo llamamos "cruzar a lo chino". Lo peor es que luego vuelvo a España y me olvido de que allí no se hace...

11. LOS CHINOS SON GENTE CONSERVADORA: VERDAD.


La gente me pregunta a menudo por qué no estoy casada. Y aunque trate de explicar mis razones, no las entienden. Aún entienden menos por qué no quiero ser madre. Aunque las grandes ciudades están volviéndose cada vez más occidentales, lo cierto es que aún queda mucho para que los chinos se liberen de una vez por todas. Conozco de primera mano casos de chinas de veintitantos que aún son vírgenes porque esperan a casarse. Los chinos deben comprar una casa a sus futuras mujeres y entregar una dote de joyas y dinero. Las tradiciones son sagradas. El sexo es un tabú para hombres y mujeres. Por mucho que veáis a las chinas con minifalda y taconazos, o bien os casáis con ellas o no hay chocolate en el que mojar el bizcocho.

12. CHINA ES BARATO: VERDAD.


Quería poner que China es muy barato, pero como algunas cosas no lo son, dejémoslo así. Y excluyamos de esta aserción los productos y servicios occidentales (Starbucks es igual de caro que en Europa y la ropa de Zara, por ejemplo, es más cara aquí). Todo lo demás es una ganga. Yo desayuno por unos treinta céntimos de euro y a veces como a mediodía por unos ochenta céntimos de euro (carne, verduras y arroz). El metro en Shanghai, que es la ciudad más cara, cuesta unos setenta céntimos de euro. En Beijing cuesta menos de la mitad. Me hago la manicura por cuatro euros y me doy masajes de pies por seis. Se puede cruzar Zhengzhou en taxi (y esto lo tengo comprobado de primera mano) tardando dos horas por menos de diez euros. Hacer trescientos kilómetros en el tren bala cuesta menos de veinte euros. Descontando el alquiler o la hipoteca, se puede vivir bien en China con trescientos euros (incluso con doscientos), siempre y cuando no se haga vida occidental, como ya he dicho.


Esto es todo... por el momento. ¡Podéis comentar la entrada y hacer preguntas o sugerencias de cara a la segunda parte!