lunes, 1 de octubre de 2012

La misma flor de arce


La misma flor de arce, que en otoño
florece con la bruma,
arrastra hoy mis tristezas
trayéndome el aroma de tu risa.
La que hace tiempo esperaba,
añorando lo que nunca tuve.
La que trae lo nuevo,
envuelto en una seda de cristal.

Me parece haberte visto en la noche
de los desvaríos propios,
con el gesto serio y la mirada oscura,
pretendiendo no saber,
pero sabiendo.
Me parece haberte visto.

Para cuando llegue el invierno
y congele otra vez la vida,
prepararé el manto que nos abrigue
y nos proteja del viento
y de las lluvias del pasado
que aún mojan mi soledad,
en este otoño que huele a primavera.